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Brutal agresión para robarles sus cosechas

En las imágenes se ven a los familiares del juez de paz.

En las imágenes se ven a los familiares del juez de paz.

Coata. Un lío de tierras que se arrastra desde el año 2012, por poco termina en tragedia. El día previo a las elecciones, una familia que se disponía a cosechar sus cultivos en su parcela ubicada entre las comunidades de Lluco y Carata, distrito de Coata, fue atacada brutalmente.

Entre las víctimas figuran Ana Mamani Cahuana -hija del propietario del predio en cuestión-; sus hermanos Leoncio, Jesús; así como sus hijos y sobrinos.

Estos acusan como principales agresores a Pastora Gonzalo Mamani y Crisólogo Apaza Ito, este último hijo del juez de paz de segunda nominación de Coata, Silvestre Apaza. Indican que él, en vez de recomendar a los suyos para que respeten la propiedad privada, les habría gestionado para que autoridades comunales les den posesión en un terreno ajeno.

Ana narró que el 10 de abril al promediar las 16:10, su familia y parientes iban a cosechar su avena y papa sembrada el 15 de setiembre. La mujer presentaba un gran moretón en el ojo derecho y dolores en la cabeza y cuerpo.

Ella nos mostró media docena de videos, unos captados en las faenas del sembrío y los otros de aquel violento sábado 10 de abril.

«Solo fuimos a recoger mi avena, estábamos con mi papá y mis hermanos, y los vimos cortando nuestra avena. Hemos llevado la queja a los policías y le enseñamos el vídeo, entonces nos dijeron ¡recógetelo, si es tuyo. Tú lo has sembrado!. Estábamos cosechando, ahí nos atacaron unas quince personas, a la cabeza de Crisólogo y la Pastora, lanzaron piedras», contó cogiéndose el ojo que llevó la peor parte.

ROBARON LA COSECHA

Simón Roque Mamani, primo de Ana, también dijo haber sido atacado y que pudo escapar de la lluvia de piedras. «He regresado y seguían atacando a mi prima. Mi sobrina Danitza vio que Crisólogo tenía un arma blanca; nos dijo que ya nos vayamos, que ellos tienen cúter. Ya tuvimos miedo», expresó.

Los primos denunciaron que aprovechando la turba, lograron cosechar la avena y papa y se lo llevaron. «Queremos justicia, la Policía no nos atiende, cuando les dijimos que estaban robando nuestra cosecha, nos han dicho que eso lo ve el Poder Judicial, que para que reciban la denuncia debemos estar ensangrentados, que no nos ven agredidos. Se han robado lo que hemos cosechado, nos han atacado», lamentó Ana.

PROPIETARIOS

Ana sostiene que ha denunciado anteriores agresiones, desde el 2012. Indican que el terreno no es tan grande, que tiene 52 metros de largo por 15 de ancho, y que pertenece a su padre desde 1962.

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