Cercado. Al 21 de marzo de 2021, la covid-19 ha causado oficialmente más de 50 mil muertes en el Perú, que se convirtió en unos de los países, el primero en Latinoamérica, donde la pandemia se salió de control, y de momento, sin el número suficiente de vacunas, la amenaza de una tercera ola aún sigue vigente.
De este conglomerado de muertes, la región Arequipa ocupa el séptimo lugar con más de 3.370 fallecidos a causa del coronavirus, de acuerdo a las cifras de la Gerencia Regional de Salud.
Antes de este departamento, en la tabla de defunciones aparecen las regiones de Lima, Callao, La Libertad, Piura, Ica y Lambayeque.
Sin embargo, dichas cifras no se ajustan a la realidad. Es cada vez más evidente que detrás de la tragedia puede haber una desgracia mayor. A nivel del Perú, el virus se habría cobrado más de 120 mil vidas, según cifras que arroja el Sistema Informático Nacional de Defunciones (Sinadef). Situación similar ocurre en la región Arequipa, puesto que durante los meses de enero, febrero y marzo de años anteriores, las cifras eran inferiores. Lo que significa que el incremento de muertes en comparación con el mismo periodo de otros años se debería a la pandemia de la covid-19.
CIFRAS REALES
Según el Sinadef, en el 2018, en el lapso de estos tres meses, hubo 1.202 defunciones, mientras que en el 2019, en el mismo periodo, se registraron 1.635. En tanto que en el 2020, las muertes llegaron a las 1.710. Pero tras un año desde que inició la pandemia, en el mismo periodo de tiempo, el número de fallecimientos en el 2021 aumentó a 2.976 muertes.
Es decir, si se hace una comparación de las cifras en el mismo lapso durante los últimos tres años, se puede establecer una diferencia bastante importante de fallecidos, que coincide con las muertes registradas en el marco de la llegada del virus.
DEFUNCIONES EN ALZA
De lejos, en el presente año las defunciones han crecido, sobre todo en los meses de enero y febrero, donde la propagación del virus era alta y la respuesta del sistema de salud bastante baja, puesto que por varias semanas los nosocomios que atendían casos positivos no contaban con camas de hospitalización y menos con espacios en la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI). En marzo los fallecidos empiezan a descender, al igual que el factor de propagación del virus.
Esto se debería a las medidas restrictivas dictadas por el Gobierno central para la región por el periodo de quince días. En este tiempo, el aplanamiento de la curva de contagios provocó que menos ciudadanos requieran de atención médica.