Cuando escuchaba a un poblador, que al igual que los varios candidatos o candiditos, sobre “cambio de Constitución o nada”, me acordaba del dicho “después de mi, el diluvio”. Y al igual que la recua de pasmados que hoy se pelean por gritar lo mismo, les hice la pregunta del millón: ¿Cambiar o Reformar? Y claro que se contestó: Hay que cambiarla. ¿Y por qué? Terciaba.
La respuesta era: Porque esta es una Constitución fuji-montesinista-mala-cochina-puf. Entonces, se me ocurrió hacerle la pregunta: La Constitución peruana de hoy dice que el fin supremo de la sociedad y del Estado es la persona humana. ¿Eso hay que eliminar?, que hay libertad de prensa. ¿Eso también la eliminamos, para implantar de dictadura de la única idea y del único partido?, que hay libertad de cátedra. ¿También?, para que al igual que en muchas universidades nacionales, ¿que se persiga a quienes creen en una economía de mercado?
O que la propiedad privada es inviolable ¿lo prohibimos? que la iniciativa privada es libre; ¿la perseguiremos a la señora que vende tunas en la esquina, al de las golosinas, al de la bodega?
Después de pensar un minuto largo, me contestó: Creo que eso no doctor. Ah, entonces ¿la cambiamos toda, o la reformamos en algunos temas y capítulos? La respuesta parecía de un candidato de cierto despistado profesor ultrista: Es que es una Constitución derechista. ¿Y sabes qué es la derecha? No; pero igual es mala.
Como verán, quienes pregonan estos lemas, no distan mucho de aquellos que tienen como argumento el insulto, la piedra anónima o el dicterio cobarde: NO tienen ni argumentos jurídicos y menos fácticos. Todo es chisme, trascendido.
Lo peor: Es que algunos pasmados creen que cambiando toda la Constitución, al día siguiente tendrán trabajo, comida y salud. Cuando será todo lo contrario, porque nadie vendrá a un país con un modelo venezolano estatista, dictatorial y sin respeto a las mínimas garantía: El remedio será peor que la enfermedad. ¿No se acuerdan del experimento de Velasco? No saben que hasta ahora se está pagando los platos rotos de las “estatizaciones”?
Lo costeante y gracioso, es que en el Plan de Gobierno del candidato de Acción Popular (cuánta razón tenía el cachorro Seoane al definirlos como una “federación de independientes”) su candidato a la presidencia, grita a voz en cuello (pero muy lejos de su partido) que hay que cambiar la Constitución, pero a su vez pregona “reactivación económica”, es como pretender curar una bronquitis, dándole al enfermo helado. Ya me imagino si Manuel Ulloa estaría vivo, al escucharlo se volvería a morir, porque si de algo se puede preciar Acción Popular, es que sufrió los embates de una dictadura gorilezcamente socialista de Velasco Alvarado, quien lo sacó hasta en ropa interior a Belaunde Terry. Pero como la ignorancia en temas históricos-políticos es atrevida, por estar jugando al “izquierdista, de una partido de derecha”, se le escapan los gases por todo sitio.