Dos madres de familia, que viven en un terreno invadido del barrio Alto José Antonio Encinas de Puno, solicitaron apoyo de las autoridades de los sectores Salud y Educación ya que están pasando por una situación calamitosa.
En el inmueble ubicado en la asociación Pedro Vilca T., habitan Xiomara Erquínigo Llacua (21), su hijo de 5 años y además está su madre Gladys Llacua Pérez (42), que también está a cargo de otros 3 menores.
LA ENFERMEDAD
Xiomara Erquínigo contó a Sin Fronteras que su pequeño de 5 añitos, sufre de parálisis cerebral y que esto lo conoció en Lima, ya que en el hospital Manuel Núñez Butrón solo le dijeron que era una infección a la sangre en uno de sus pulmones. «En Lima me dijeron que mi hijo tiene un líquido en forma de quiste en el lado derecho de la cabeza y por eso no puede mover sus extremidades. Me dieron esperanzas, pero el tratamiento será costoso», sostuvo.
ABANDONO
Xiomara también dijo que su pareja la abandonó desde que nació el niño, debido a que no era una relación consentida, pero a pesar de ello, hizo los esfuerzos para comprar pañales a su pequeño; sin embargo, la pandemia, que superaron con hierbas medicinales, hizo que dejen de percibir ingresos económicos y entre lágrimas acotó que es difícil ver a su pequeño sin poder caminar, por ello pidió a las autoridades que la ayuden para que su hijo reciba atención especializada.
SIN SERVICIOS
A esta situación se suman los problemas que atraviesa Gladys Llacua Pérez (42), natural de Huancavelica, quien vive en Puno desde hace 20 años, y que su pareja también perdió el interés por sus hijos, pues en raras ocasiones va a visitarlos ebrio.
La mujer dijo que al momento no cuenta con trabajo y en su vivienda no tienen servicio de agua ni luz. «Agua sacamos de un pozo y de noche estamos con velas», aseveró.
Justamente, por la ausencia de luz es que sus tres hijos en edad escolar, tienen problemas con el sistema «Aprendo en Casa». «No tenemos internet ni televisión. A veces llevamos el celular donde los vecinos o algunas tiendas para que cargue todo el día y en las noches hacen las actividades», dijo Gladys Llacua.
DISCRIMINACIÓN
La hermana del menor, indicó que la profesora Sandra, del jardín «Estrellitas del Saber», lo habría discriminado. «Me dijo que mi hermano de 5 años parece de 4, porque no habla y es callado», dijo.
Además en el caso de su otro hermano, le dijeron que lo retirarían por no cumplir con las tareas.