El Consejo Regional Puno (CRP) evaluará demandar al Estado por los daños provocados a la población del distrito de Coata, donde los análisis de sangre han arrojado que sus habitantes poseen altos índices de arsénico y mercurio.
Así lo anunciaron los consejeros regionales por Puno, Jorge Zúñiga y Vidal Flores quienes dijeron que además pedirán que el sector Salud efectúe un barrido clínico más amplio, ya que las muestras se aplicaron a un reducido número.
Cabe mencionar que ambas autoridades, acompañadas por el director de la Microred José Antonio Encinas (JAE), Giovanni Dueñas Melo, la responsable del Establecimiento de Salud Coata, Ibet Mendoza Rado, y un equipo asistencial, ayer acudieron al sector Candile, comunidad Catara, la zona de mayor impacto de la contaminación en la Cuenca Coata.
En dicha localidad se extrajo muestras de sangre de manera aleatoria a 30 personas, de diversas comunidades de la zona circunlacustre. Los resultados que llegaron desde Lima a fines de julio, recién se repartieron a los hogares en sobres cerrados, arrojando resultados alarmantes.
Mendoza Rado sostiene que de los 33 comuneros tamizados, el 73% presenta en su sangre presencia de arsénico y el 7% de mercurio en la orina, muy por encima de lo permisible.
A nivel de toda la cuenca: Capachica, Huata, Coata y Caracoto, se hicieron 55 muestras, y el 62% tiene metales en su sangre.
Precisamente, se visitó el sector Candile, donde viven Toribio Díaz Apaza y Nicanor Jilari Belisario, dos afectados en su salud: el primero se quejaba de dolores al corazón y espalda y el último presenta hemorragia de sangre por la nariz. Se recomendó hospitalizarlos.
SE ENCADENAN
Por la mañana, el dirigente Félix Suasaca y otras autoridades de Coata, se encadenaron en el frontis del Gobierno Regional Puno (GRP). Tras reunirse con el consultor FAG Juan Monzón y funcionarios, exigieron que el 5 de octubre llegue a Puno la ministra de Salud, Pilar Mazzetti.
El alcalde de Coata, Elmer Pelinco, exigió que lleguen a Coata médicos especialistas con laboratorios de última generación, con la finalidad de determinar otros metales más peligrosos en los pobladores. «Esto debe ser ahora, porque la contaminación es grave, las aguas de ríos que desembocan a la cuenca Coata envenenan a la población», dijo.