Cercado. Hace más de 3 meses, el presidente Martín Vizcarra estimó que para el término de julio, los 13 mil 664 comedores populares que hay en el país deberían haber iniciado actividades, pero hasta ahora solo se reportaron 7 mil 911. Arequipa es una de las provincias donde no han podido reabrir sus puertas, debido a que, señalaron, no cuentan con los insumos
Son las municipalidades provinciales las encargadas de abastecer de productos a los comedores populares, pero a la fecha, en toda la región solo han ejecutado el 38% del presupuesto asignado (S/ 3 millones 196 mil) por el Ministerio de Economía y Finanzas (MEF), advirtió el jefe de la Defensoría del Pueblo en la región, Ángel Manrique.
Solo en Arequipa, provincia que, además, es la que más recursos recibe (más de S/ 2 millones), el cierre de los comedores populares afecta a unas 8 mil personas de escasos recursos económicos.
De acuerdo a la página de Transparencia Económica del MEF, la comuna provincial solo ejecutó el 41,4% de su presupuesto. A esto se suma que la semana pasada el proceso de selección para adquirir insumos se cayó, manifestó Manrique.
Otros municipios como Camaná y Castilla no llegaron ni al 10% de la ejecución.
Si bien la mayoría de entidades cumplieron con adquirir los kits de limpieza para implementar los protocolos sanitarios para prevenir el covid-19, sin insumos, las socias de los diferentes comedores no pueden trabajar ni ayudar a los que más lo necesita.
Manrique indicó que los municipios alegaron que por la pandemia tuvieron inconvenientes por la falta de personal o porque no tuvieron una respuesta oportuna de parte de los proveedores. Empero, demandó a las autoridades a fortalecer sus áreas de gestión para la ejecución eficaz del presupuesto y asegurar el funcionamiento de los comedores. Recordó que por el estado de emergencia muchas familias han ingresado a una situación de pobreza, por eso se quiere un mayor esfuerzo de las entidades públicas.
Asimismo, recomendó a los municipios actualizar sus padrones de comedores familiares porque existen las llamadas ollas comunes, que son organizaciones ciudadanas que también requieren el apoyo del Estado. Deben identificarlas para después formalizarlas y convertirlas en comedores populares.