Son las 15 horas y los clientes que visitan los centros de abastos de la plataforma comercial Andrés Avelino Cáceres, ubicada en el distrito de José Luis Bustamante y Rivero, son contados. La mayoría de pasillos están vacíos, algunos puestos incluso han decidido no atender todos los días debido a que las ventas han caído en un 50%, y a veces, son tan bajas que no vale la pena gastar en servicios básicos para seguir ofreciendo carnes, frutas y verduras que no van a venderse.
En mayor o en menor medida este panorama se replica en cada uno de los más de 3.500 puestos que congregan en promedio a 8 mil comerciantes que laboran en los 18 mercados que fueron autorizados para reabrir sus puertas por la Municipalidad Distrital de José Luis Bustamante y Rivero, tras verificar los protocolos de seguridad. Sin embargo, esta situación no siempre fue así, ya que como se recuerda los centros de abastos del Avelino siempre se han caracterizado por ser los más visitados por mayoristas y minoristas e incluso comerciantes de otras regiones del sur.
La disminución de asistentes comenzó cuando se confirmaron los primeros casos de coronavirus y ha medida que fueron incrementando los infectados, las personas dejaron de visitar la plataforma porque veían a estos mercados como los focos más grandes de contagios y las autoridades lo confirmaban. “La gente estaba muy nerviosa. El coronavirus era el tema principal en todos los rincones del mercado, a todas horas, los clientes te contaban diferentes teorías sobre los tipos de contagio del virus. Empero, lo más recurrente era que venir a la Avelino después de que detectaron tantos casos positivos significaba un riesgo”, cuenta Carmen, vendedora del Mercado Nueva Aurora.
En estas circunstancias se produjo el cierre total del Avelino por más de dos meses. Empero, ni con el reinicio de sus actividades los asistentes han vuelto. Para los vendedores esto se debe a que empezaron a visitar los mercados de sus distritos o a comprar en puestos improvisados que surgieron en cada barrio. Pero, lo peor es que aún conservan la idea de que la plataforma es un foco infeccioso y prefieren no asistir señaló Valentín Choquehuanca, presidente de la Comisión de Emergencia de la plataforma comercial. A raíz de esta situación es que los ingresos se han reducido en al menos un 50% y no se comparan con las ganancias que tenían antes del estado de emergencia ni durante el periodo de cuarentena.
Para mejorar este panorama, los comerciantes han mejorado sus estrategias como es el caso de Chepa, que se ubica casi al final de uno los pasillos, a primera vista se observan dos dispensadores grandes, uno de gel antibacterial y otros de jabón líquido, como un intento por atraer y tranquilizar a los comensales y lograr que le compren sus verduras. Es consciente que no todos los clientes se fían de estos elementos y muchos incluso prefieren comprar en los locales que dan a la calle, a fin de evitar ingresar a los establecimientos para no estar en espacios cerrados. Sin embargo, el hambre aqueja y no puede rendirse.
Choquehuanca indica que con el cumplimiento de los protocolos y la circulación de vehículos particulares y taxis, que fue aprobada el último viernes, las ventas podrían subir al 80% en un par de meses.