Paúl Caso Monzón*
La competitividad es la capacidad de una región para ser productiva, atraer inversiones y mejorar la calidad de la población. Bajo ese concepto, el Instituto Peruano de Economía (IPE) presenta el Índice de Competitividad Regional (INCORE) 2020 con algunas sorpresas.
Después de Lima Metropolitana y Callao, que se mantienen en primer lugar a escala nacional, el top 5 se completa con regiones de la costa sur: Moquegua, Tacna, Arequipa e Ica, que están aprobadas.
Sin embargo, Arequipa retrocede 11 posiciones en un año en el pilar Instituciones por el cuestionado desempeño de las autoridades locales y en particular del gobernador regional Élmer Cáceres Llica.
El INCORE 2020 apunta a evaluar los avances en materia económica y social en cada una de las regiones y ello implica 40 variables que miden la situación de seis pilares distintos de competitividad, como Entorno económico, Infraestructura, Salud, Educación, Mercado laboral e Instituciones.
El gerente del IPE, Diego Macera, explica en una entrevista con el diario Sin Fronteras los alcances de este valioso documento de trabajo.
Después de Lima, las regiones de la costa sur del país lideran el INCORE 2020.
¿Cuáles son sus virtudes?
Las regiones del sur –Arequipa, Moquegua y Tacna– se han mantenido en las primeras cinco posiciones en todas las ediciones del INCORE. Estas regiones se caracterizan por ubicarse en los primeros lugares en cuatro de los seis pilares del INCORE: Entorno económico, Infraestructura, Salud y Educación.
Moquegua es la revelación en el ranking de competitividad regional, pues asciende del 4to. al 2do. lugar. ¿Cómo fue posible?
Moquegua se convirtió en la segunda región más competitiva del país debido a la mejoría de los pilares Instituciones y Salud. Por un lado, avanzó cuatro posiciones en el pilar Instituciones por la reducción importante del número de homicidios, con lo cual se ubicó como la región con la menor incidencia a nivel nacional. En tanto, la región mejoró dos posiciones en Salud por la mayor vacunación de los menores de 36 meses, además del incremento de los partos institucionales.
¿Por qué motivos Arequipa pasa del 2do. al 4to. puesto?
El resultado negativo de Arequipa se explica, principalmente, por el retroceso de once posiciones en el pilar Instituciones. En particular, la percepción favorable de la gestión del gobierno regional cayó 16 posiciones. Asimismo, en el pilar Salud retrocedió cuatro posiciones debido a una disminución de nueve posiciones en la cobertura del personal médico.
¿El retroceso en 11 posiciones del pilar Instituciones en un año es determinante?
En el caso de Arequipa, el desempeño del pilar Instituciones se vio afectado por la caída en cinco de los siete indicadores. Por un lado, se registró una caída importante de la percepción favorable de la gestión del gobierno local, además de una contracción en la ejecución de la inversión pública en los tres niveles de gobierno. En tanto, los indicadores de la seguridad ciudadana de la región se vieron afectados por la mayor percepción de inseguridad en la noche y la incidencia de homicidios por cada 100 mil habitantes. Retrocesos importantes en cualquier pilar impactan sobre el resultado final del
INCORE.
¿Es deficiente el desempeño de las autoridades de Arequipa? ¿Se valora negativamente la cuestionada gestión del gobernador regional, Élmer Cáceres?
De acuerdo a la Encuesta de Hogares (ENAHO), la proporción de la población adulta que considera que la gestión pública del gobierno regional es buena o muy buena se redujo de 23.5% en 2018 a 15.6% en 2019. Con ello, la percepción favorable de los ciudadanos arequipeños respecto al gobierno regional ubicó a la región en la última posición a nivel nacional, junto con Cusco.
¿Es relevante que Tacna se consolide en el tercer puesto del ranking?
Tacna se posiciona como la tercera región más competitiva del país en las últimas 6 ediciones del INCORE. Así, destaca su buen desempeño en el pilar Educación, Infraestructura y Salud, donde se ubica dentro de los tres primeros lugares.
¿Cuáles son las fortalezas y debilidades de la “Ciudad Heroica”?
La región sureña ocupa el primer lugar del pilar Educación, en el cual destaca su alta asistencia escolar, además de contar con los mejores resultados de rendimiento escolar en primaria y secundaria a nivel nacional. En el caso del pilar Infraestructura, la región cuenta con el segundo mayor acceso a servicios básicos como electricidad, agua y saneamiento, además de conexión a internet fijo. En cuanto al pilar Salud, resalta como la región con la desnutrición crónica en menores de 5 años más baja del país, además de una baja prevalencia en menores.
¿Qué oportunidades de mejora tiene esta región?
El reto pendiente en la región es el pilar Instituciones. En la última edición del INCORE, la región retrocedió siete posiciones debido a los resultados negativos en el número de homicidios y conflictividad social que retrocedieron 17 y 9 posiciones, respectivamente. Por un lado se incrementó la incidencia de 3 homicidios por cada 100 mil habitantes en 2018, a 9 homicidios por cada 100 mil habitantes en 2019. En tanto, se incrementó la conflictividad en la región en 2019 dado que no había registrado conflictos activos en 2018.
¿Es preocupante la situación de Puno, que retrocede 2 posiciones hasta el lugar 24 a nivel nacional?
A lo largo de las ocho ediciones del INCORE, Puno se ha mantenido en el último tercio de competitividad en el país. En este último año, la región retrocedió dos posiciones y se convirtió en la segunda región menos competitiva del país, debido a la caída en cuatro posiciones en el pilar Laboral y en dos posiciones en el Entorno Económico. Ello pese a que registró mejoras de tres y dos posiciones en los pilares Educación e Instituciones.
¿Cómo debe mejorar los pilares Entorno Económico, Infraestructura y Salud?
La región se ubica en la penúltima posición en los tres pilares mencionados. Así, las principales falencias del Entorno Económico son el bajo PBI real per cápita y el stock de capital por trabajador, indicadores donde ocupa las dos últimas posiciones a nivel nacional. Aquí es fundamental promover condiciones para mayor inversión privada y el crecimiento de las pequeñas y medianas empresas formales. En cuanto a Infraestructura, las principales debilidades se relacionan al acceso a servicios básicos como electricidad, gas y agua, y a la continuidad en la provisión de este último servicio. Aquí hay mucha responsabilidad del gobierno nacional y local. Por último, los principales problemas de Salud corresponden a la salud infantil, donde registra la prevalencia de anemia más alta del país.
¿Cuál será el impacto de la pandemia en el INCORE del próximo año?
En general, la emergencia sanitaria generaría el deterioro de múltiples indicadores del INCORE. Por ejemplo, en el pilar Entorno Económico se espera la contracción del PBI, y como consecuencia, del PBI per cápita. De forma similar, los indicadores del pilar Laboral como empleo adecuado y creación de empleo formal serían afectados negativamente. Otros pilares más sociales, como Educación y Salud, también se pueden ver afectados, en tanto los indicadores de Infraestructura posiblemente avancen muy poco. El país perderá competitividad, posiblemente a un ritmo mayor que otros países la región.
¿La economía peruana atraviesa una “tormenta perfecta” por efectos del virus Covid-19?
La economía del país atraviesa una situación muy complicada, con choques de oferta y de demanda simultáneos. Actualmente se encuentra en una etapa de recuperación, en la cual las empresas están retomando sus operaciones progresivamente. Sin embargo, esta reanudación se podría ver truncada por factores no económicos como el incremento en los contagios de COVID-19 y las tensiones políticas entre el Ejecutivo y el Congreso.
¿Qué implica una contracción del PBI entre -18% y -12% este año?
La contracción del PBI tendrá efectos tangibles sobre las familias del país. Generará un incremento de la pobreza y pérdida de clase media vulnerable. En primer lugar, debido a la paralización económica se registra un deterioro del mercado laboral. Así, en el trimestre abril-junio se perdieron 2.6 millones de empleos solo en Lima Metropolitana, lo que representa casi la mitad de la población ocupada de la capital. Además, se registra una reducción de los ingresos de quienes se mantienen empleados, y un notable incremento de la informalidad. Como consecuencia, muchas familias caerán en la pobreza durante este año, lo cual implicaría una reducción en su calidad de vida, nutrición, acceso a servicios básicos, entre otros. El empleo urbano ha caído a casi la mitad. Hay recuperación, pero las cifras todavía son dramáticas.
¿El rebote de la economía será superior al 10% el 2021?
Ciertamente se espera un rebote del crecimiento para el próximo año, pero la magnitud estará en función del control de la epidemia, de la efectividad de las políticas económicas, y del ambiente político -sobre todo considerando las elecciones generales del 2021-. La reactivación podría verse afectada por la implementación de medidas más restrictivas ante el incremento de contagios de COVID-19. Asimismo, las tensiones políticas entre el Ejecutivo y el Congreso generarían un entorno no propicio para dinamizar la inversión privada en el país.
¿Cómo evalúa las últimas medidas del Gobierno para enfrentar la pandemia? ¿Vamos por el camino correcto?
Creo que debemos reconocer que hemos hecho algunas cosas mal. Tenemos malos resultados en economía, y lo peor es que ese sacrificio no parece habernos comprado buenos resultados en salud.
Entiendo que la situación es complicada, ningún gobierno ni nadie sabía cómo enfrentar esto desde el comienzo, pero hay que ser humildes en reconocer errores y girar el barco. Hay todavía espacio para mejorar en la ayuda directa a través de bonos, en la penetración de los créditos garantizados, en las políticas de empleo, en las políticas de reapertura, etc.