La distancia entre los congresistas arequipeños y los principales representantes de la región frente a la pandemia, el gobernador Elmer Cáceres Llica, el general EP Edward Gratelly y otros, parece ampliarse cada vez más, mientras los casos y muertes por el virus SARS-CoV-2 no dejan de aumentar.
En Arequipa, a poco de cumplir más de dieciocho semanas con restricciones y ser una de las 7 regiones con el aislamiento social más extenso y de haber suspendido el transporte público y los principales centros de abastos durante la mayor parte de este tiempo, es difícil entender por qué la cuarentena ha fracasado dejando hospitales colapsados y atiborrados de pacientes sin atender y cuerpos sin levantar.
Los parlamentarios por la región solo tienen una explicación: la falta de gestión de las autoridades es la responsable de los desaciertos frente a la pandemia. La incapacidad del gobierno regional para ejecutar la partida presupuestal transferida por el Ejecutivo a fin de enfrentar la crisis sanitaria, el retraso en la implementación de los laboratorios, su falta de iniciativa para adquirir pruebas de descarte que permitan realizar más testeos en la población, la discrepancia entre cerrar o no la ciudad, los pocos esfuerzos para conseguir más equipos y ampliar camas hospitalarias son algunas de las acciones que de evitarse hubieran prevenido la crisis sanitaria en la que ha caído Arequipa, señalaron.
Para José Antonio Núñez, de la bancada del Partido Morado, el gobernador es una «desgracia», puesto que su falta de gestión y ejecución ha generado que los trabajos de refracción de los 5 pisos más el sótano del hospital Honorio Delgado no se han culminado hasta la fecha. Solo están siendo maquillados, haciendo eco de las palabras del cuerpo médico. Ante esta ineptitud, el Programa Nacional de Inversiones en Salud (Pronis) del Ministerio de Salud ha tenido que intervenir e instalar hospitales temporales, remarcó.
Respecto al general Gratelly, jefe del Comando Covid Regional, indicó que tras haber pasado más de 120 días su accionar no ha dado frutos sino todo lo contrario, puesto que su constante estrategia de cerrar los mercados y suspender el transporte solo ha diseminado el virus por todos los distritos y la informalidad se hizo dueña y señora de Arequipa.
En la misma línea, su colega Hipólito Chaiña, de Unión por el Perú, sostuvo que el incremento de pacientes covid no se atiende pintando y repintando paredes ni contratando personal con recibos por honorarios que no son abonados, puesto que todo esto puede traer futuras investigaciones por malversación de fondos. Lo que se requiere con urgencia es gestionar más hospitales de campaña o hacer adecuaciones en centros educativos a fin de que puedan acoger a más enfermos. Sin embargo, aseguró que poco o nada se puede hacer por trabajar en conjunto, ya que la comunicación con el gobernador está interrumpida hace meses porque no contesta sus llamadas.
Por otro lado, dijo que similar actuación tienen los alcaldes, puesto que tras varias advertencias la situación es cada vez más grave en sus distritos. Los casos suben, el personal se enferma y no hay planes de contingencia.
Por su parte, el congresista José Luis Ancalle, del Frente Amplio, informó que mediante múltiples oficios ha solicitado la intervención del Poder Ejecutivo debido a que Arequipa está entrampada en un colapso por la inacción de las autoridades. El déficit de personal y equipos en los nosocomios viene de antes. Año tras año, personas con neumonía mueren por no recibir la atención pertinente y el gobernador, en lo que va de su gestión, no ha hecho nada por remediar esta situación. Empero, ahora considera que no hay vuelta atrás y se debe empezar a trabajar en la concientización de la población.
Finalmente, Daniel Oseda, del Frepap, se aunó a este pedido, pero también demandó la transparencia de las clínicas, puesto que hasta el momento no hay convenio definido que vele por la salud de los pobladores.