Bustamante y Rivero. Cuando se advirtió que varios pacientes yacían a la intemperie en el hospital Honorio Delgado, el presidente del Comando Covid-19, general Edward Gratelly, señaló que el problema solo era en el área de triaje, puesto que aún había camas de hospitalización disponibles.
Empero, los casos positivos se han ido incrementado considerablemente en las últimas semanas y el último domingo los directores de los nosocomios covid -del Ministerio de Salud y Essalud- reconocieron que llegaron al límite de su capacidad. Todas las camas están ocupadas.
Para afrontar una situación como esta, prevista por el Estado, se acordó que el Seguro Integral de Salud (SIS) firme contratos con clínicas privadas para que puedan atender a pacientes graves de coronavirus que no tengan posibilidad de ser internados en un hospital del sector público.
Hace una semana, se dio a conocer que el SIS culminó el primer tramo del proceso de suscripción de contratos con 14 establecimientos en Lima, uno en Trujillo y uno en Arequipa (Cerro Colorado, conocida como San Pablo).
Sin embargo, durante una reunión entre el Comando Covid-19 de la región y los representantes de las clínicas Arequipa, San Juan de Dios, Valle Sur y San Pablo se informó que estas dos últimas no tienen camas de hospitalización ni de Unidad de Cuidados Intensivos (UCI) disponibles.
“Ninguno ha sido referido porque las clínicas privadas están en su máxima capacidad. Las 15 camas UCI están ocupadas, son de Valle Sur y San Pablo. Asimismo, tienen como 71 camas de hospitalización y están ocupadas (…), no tendrían la capacidad de recibir pacientes derivados”, declaró el general Gratelly.
ABANDONADOS
Esta situación deja en el aire y desamparados a los pacientes SIS o de Essalud que requieren una cama UCI.
Tal es el caso del padre de Gianina Muñoz Ccallo, quien tiene 57 años y, a pesar de ser un usuario del SIS, hace más de tres semanas él y sus familiares vivieron un calvario buscando un lugar donde hospitalizarlo.
Aproximadamente el 20 de junio, la salud de su padre se agravó, por lo que primero lo llevaron a un centro de salud, de donde lo derivaron al hospital covid.
Al llegar al nosocomio no encontraron camas, ni siquiera podían darle oxígeno, por lo que -para evitar que su estado empeore- decidieron llevarlo a la clínica AUNA, donde recibió oxígeno y tuvo que ser hospitalizado.
No obstante, la preocupación para la familia de Gianina no acabó ahí. Esa noche, los doctores les indicaron que debido a la gravedad de la enfermedad debía ingresar a UCI, pero en la misma clínica no había. Cinco días después recién se habilitó una cama UCI para su padre.
Días antes, la clínica le había dado una hoja de referencia para que pueda ser internado en cualquier otro establecimiento. Al ser usuario del SIS, Gianina confió en que el hospital covid-19 del Ministerio de Salud podría albergar a su padre.
Grande fue su sorpresa cuando le dijeron que aún no había disponibilidad y que lo pondrían en lista (sería el número 41). Semanas después se enteró de que dicha nómina no existía.
La respuesta de los funcionarios del hospital y del SIS fue que, al no haber camas disponibles, no podían hacer nada por ella. El problema de la familia con la permanencia de su padre en la clínica es que no firmó contrato con el SIS, para que así cubra los gastos médicos.
Su cuenta sobrepasa los 150 mil soles y ya no cuentan con los recursos económicos. Temen por ello que en cualquier momento dejen de atender a su padre. Ahora solo piden a las autoridades del SIS que cubran los costos de la clínica.
Es que a pesar de que el ministro de Salud, Víctor Zamora, señalara que las deudas de las familias que decidieron utilizar los servicios de clínicas serían revisadas caso por caso, a Gianina trabajadores del SIS le dijeron que, así la clínica firme contrato, no cubrirían los gastos anteriores a la suscripción del documento.