Las medidas decretadas por el Gobierno para evitar la propagación del coronavirus, como el estado de emergencia y la ampliación del aislamiento social hasta el próximo 30 de junio, han ocasionado que al menos 800 restaurantes de la ciudad, entre pequeños, medianos y grandes, cierren sus puertas, informó la Asociación Gastronómica de Arequipa (AGAR).
Javier Chávez, presidente del gremio, señaló que el cese de las actividades de estos locales -que van desde puestos de comida en el mercado, menús, juguerías, snacks, pollerías, hasta picantenrías, restaurantes turísticos y otros establecimientos con mayor capacidad- se debe a que no han podido afrontar el precio de los alquileres pues hasta la fecha el tránsito de personas es restringido, sobre todo en el Centro Histórico, y esto ocasiona la ausencia de comensales nacionales. Además, tampoco hay visitantes extranjeros a raíz de la pandemia.
En este sentido, según Chávez, la mayoría de propietarios han realizado el cobro total de los inmuebles que les alquilan y en algunos casos los precios que deben pagar cada mes oscilan entre S/ 6.000 y S/ 15.000 en calles como Santa Catalina, Mercaderes, San Francisco y otras debido a su buena ubicación.
A esto se suma que la modalidad de delivery, ya sea por propia logística o por terceros, no resulta rentable por la limitación de los horarios, puesto que los arequipeños están acostumbrados a hacer pedidos durante la noche y no durante el día. Ahora esta posibilidad se ve dificultada con el toque de queda decretado ya que los restaurantes, para poder cumplir con esta disposición, tienen que cerrar sus puertas como máximo a las 20:00 horas para que sus trabajadores puedan llegar a casa.
El presidente del gremio alertó que otro inconveniente que afecta a los restaurantes es la fiscalización policial, ya que según la norma los clientes también están autorizados a recoger pedidos en el local, pero algunos efectivos tienen su propia interpretación y los amenazan con sancionarlos.
Además de estos percances, la preocupación de los restaurantes también recae en que hasta la fecha aún continúan suspendidas todas las actividades el domingo, pese a que es el día donde más ingresos registraban porque había una mayor asistencia de familias.
Debido a este panorama, la proyección para las siguientes semanas y meses no es mejor que la situación actual, puesto que se espera el cierre y cambio de giro de más locales debido a que las ganancias se han reducido entre 8 % y 10 %. Dicho porcentaje apenas permite a unos pocos emprendedores cumplir con los estándares de salubridad establecidos y cubrir los gastos de operación para mantener abierto el local y que no se pierda la marca.
Finalmente, resaltó, esto no solo afectará a los restaurantes como tal sino también incidirá en sectores como la agricultura, servicios e incluso construcción, puesto que la gastronomía es una cadena que aúna distintos esfuerzos.