Cercado. Una vez más, las empresas del transporte público urbano en la ciudad hicieron caso omiso a los acuerdos concertados con la Municipalidad Provincial de Arequipa (MPA). Por lo menos la mitad de las concesionarias que integran el Sistema Integrado de Transporte (SIT) cobraron entre S/ 2 y S/ 3 según la ruta, hubo menos buses de los necesarios, escasa frecuencia de circulación e incluso en algunas zonas las unidades llevaron pasajeros de pie.
El último sábado, el alcalde provincial Omar Candia anunció, junto al Comando COVID-19, el retorno progresivo del transporte público en Arequipa. Esta decisión fue tomada dos semanas después de haber sido suspendido debido a que los vehículos no cumplían con las medidas mínimas para prevenir el coronavirus. En este sentido, la comuna provincial dio una tregua a los transportistas a fin de que adecuen sus unidades durante este lapso para reanudar sus operaciones.
Asimismo, se acordó con las empresas mantener el pasaje a S/ 1, puesto que el Ejecutivo informó que transferiría una partida presupuesta l para subsidiar el costo del combustible y los trabajos de fumigación y desinfección de las unidades. Sin embargo, dichos acuerdos solo quedaron vigentes para el municipio, puesto que apenas reanudaron sus actividades laborales, los buses que transitan en los distritos de Paucarpata, Uchumayo, Cerro Colorado, Mariano Melgar y Alto Selva Alegre doblaron la tarifa y en algunos casos incluso la triplicaron justificando que el aforo de su vehículo fue reducido al 30% y las ganancias no compensan los costos de operación.
Al ser consultadas las autoridades competentes de la MPA sobre el cobro excesivo del pasaje, señalaron que la oferta y demanda la establece el mercado y no pueden tomar acciones legales, puesto que si bien una cláusula de sus contratos aclara que dentro la fase preoperativa no pueden incrementar el pasaje, la situación de emergencia que estamos viviendo no es el contexto bajo el cual firmaron dichos acuerdos.
Es decir, las pautas acordadas escapan de la realidad actual porque, ahora, se les exige más implementaciones y medidas preventivas, que no llegan a ser cubiertas con los ingresos que se han visto mermados por la reducción del aforo.
Empero, Juan Carlos Callacondo, subgerente de Transporte, señaló que lo que sí esta entre sus posibilidades es retirarlos del subsidio.
Ante esta advertencia, distintos transportistas señalaron que es más conveniente para su empresa el aumento del pasaje, puesto que el subsidio solo será durante tres meses y es insuficiente para financiar los gastos que se alargarán como mínimo durante el presente año.
Además de este cobro excesivo en tiempo de crisis, hubo menos unidades de las necesarias y la frecuencia de circulación fue escasa, pese a que el municipio aseguró que son 998 unidades acreditadas para circular. Este déficit de transporte generó que decenas de personas en diferentes paraderos de la ciudad se aglomeraran durante largos minutos sin respetar el metro mínimo de distancia.
Sin embargo, lo peor vino de las unidades de Cayma y Cerro Colorado. Sin importarles los protocolos de seguridad para controlar la propagación de la COVID-19, los conductores llevaron pasajeros en el mismo asiento y de pie, burlando la poca presencia de los inspectores de transporte.
Al respecto, Callacondo indicó que desde hoy los miembros de la policía cooperarán con la tarea de control y fiscalización, puesto que debido a las disposiciones del Ministerio de Salud, algunos trabajadores municipales están suspendidos porque exceden el límite de edad permitido o tienen enfermedades preexistentes.